
La convocatoria es a las 20.00 horas (18.00 en la España peninsular), pero una multitud de sirios celebra desde primera hora del día en plazas, calles y carreteras el primer aniversario del derrocamiento del dictador Bachar el Asad, que huyó a Rusia hace justo un año para escapar de la ofensiva que los rebeldes habían lanzado por sorpresa solo 11 días antes desde el último reducto rebelde, la provincia de Idlib, en el noroeste. El ambiente es de entusiasmo en las principales ciudades, con niños y adultos agitando banderas en calles y coches, pintándose sus colores en la mejilla, lanzando petardos y fuegos artificiales o haciendo sonar los cláxones.
La celebración comenzó en cierto modo en la víspera, cuando una multitud se juntó para festejar el pase conjunto de las selecciones de fútbol de Siria y Palestina a cuartos de final de la Copa Árabe de la FIFA, al empatar en su partido. Jugadores y aficionados ya entonaban los mismos lemas (“¡Uno, uno, uno, el pueblo sirio es uno!” o “¡Alza tu cabeza, eres un sirio libre!”) que suenan de nuevo este lunes en las celebraciones.
La plaza de los Omeyas de Damasco, escenario de la principal convocatoria, está llena desde primera hora de la tarde. También han ido acudiendo miles de personas a las plazas en ciudades como Alepo, Deraa, Hama u Homs, que ya habían dejado festejos masivos las dos últimas semanas, en función del día de su liberación. Hace ahora un año, los soldados regulares y sus aliados (Rusia, Hezbolá e Irán) iban pactando su rendición o escapando ante el avance rebelde. El grupo islamista Hayat Tahrir al Shama, al que pertenece el actual presidente, lideró aquella ofensiva relámpago desde Idlib. Bastantes portan este lunes su bandera, blanca y con el juramento musulmán, junto con la nacional.
Las autoridades no han informado de incidentes, en medio de impresionantes medidas de seguridad, con filas kilométricas de soldados apostados en los accesos y un aumento de los puestos de control en las carreteras. El temor es que nostálgicos del régimen decidan aprovechar el simbolismo de la fecha para efectuar un ataque con particular repercusión.
El Gobierno viene animando desde hace días ―a través del envío masivo de mensajes de texto a los teléfonos móviles y de carteles publicitarios― a celebrar la efemérides, para “completar la historia” que comenzó con la caída del dictador. En uno de ellos se advierte contra la costumbre de disparar al aire como celebración, para no acabar siendo “una víctima de la liberación”. La Corporación Postal Siria ha emitido cinco sellos y una postal conmemorativa que saldrán a la venta el martes.
La plaza de los Omeyas ha sido sobrevolada por paracaidistas en una de las exhibiciones militares organizadas por el Ministerio de Defensa en distintos puntos del país para acompañar el aniversario. El presidente, Ahmed al Shara, ha acudido a la de la capital, tras rezar en la Mezquita de los Omeyas (vestido del uniforme militar con el que combatió en la guerra). Ha prometido “reconstruir una Siria fuerte, acorde con su presente y su pasado, de norte a sur y de este a oeste”.
En el noreste están las Fuerzas Democráticas Sirias, la alianza liderada por las milicias kurdas que controla el 25% del territorio, que ha prohibido las concentraciones. Este lunes ha lanzado un conciliador mensaje de felicitación a todos los sirios por la caída del El Asad, pero ha insistido en la necesidad de poner fin al “lenguaje de la incitación al odio” contra los kurdos que siguen utilizando algunos hoy en el poder. “Este discurso tenso y arrogante ya no es aceptable y no puede ser la base para construir una nueva patria; más bien, es una continuación directa de la mentalidad del régimen que ha caído y no volverá”, declaró.
