La policía de Mánchester ha admitido este viernes que uno de los dos fallecidos en el atentado terrorista contra la sinagoga de Mánchester murió por los disparos de los agentes. Otro de los heridos también fue alcanzado accidentalmente por las balas de las fuerzas de seguridad.
“Los forenses de Interior han advertido de manera provisional que una de las víctimas habría sufrido una herida consistente con arma de fuego. El sospechoso abatido, Jihad al Shamie, no estaba en posesión de un arma de ese tipo, y los únicos disparos procedieron de los agentes, al intentar evitar que el agresor entrara en la sinagoga y provocara daños mayores en la comunidad judía”, ha relatado el comisario jefe de la policía de Mánchester, Stephen Watson.
“Tras un examen forense posterior, la herida pudo ser la consecuencia trágica e inesperada de la necesaria actuación urgente de los oficiales para poder poner fin a un atentado perverso”, ha concluido Watson.
El comisario jefe ha señalado también que uno de las tres víctimas que resultaron heridas y fueron hospitalizadas “también sufrió una herida de bala, pero no lo suficientemente grave como para amenazar su vida”.
El atentado ha llevado al Gobierno de Keir Starmer a endurecer su tono contra los activistas propalestinos que desde hace dos años protestan en las calles de Londres. La ministra del Interior, Shabana Mahmood, ha calificado de “muy poco británicas” las protestas del jueves en Londres, por el abordaje de Israel de la Flotilla de la Libertad en aguas internacionales. Cerca de cuarenta activistas fueron arrestados.
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