
Donald Trump ha introducido un nuevo elemento de preocupación en la relación con Rusia y con China: el factor nuclear. En un confuso mensaje en redes sociales, apenas minutos antes de comenzar este jueves su reunión en Corea del Sur con el presidente chino Xi Jinping para hablar sobre comercio, el dirigente estadounidense ha anunciado que ha ordenado al Pentágono realizar pruebas de armas nucleares de manera “inmediata”. Serían las primeras desde 1992.
“Dado que otros países cuentan con programas de pruebas, he dado instrucciones al Departamento de Guerra (Departamento de Defensa) para que empiece a llevar a cabo pruebas de nuestras armas nucleares como ellos. Este proceso comenzará de manera inmediata”, escribe Trump.
El mensaje, aunque no menciona a ningún país en concreto, llega horas después de que el presidente ruso, Vladímir Putin, confirmara el miércoles que el Kremlin ha probado con éxito un supertorpedo de propulsión nuclear, el Poseidón, capaz de desencadenar enormes tsunamis radiactivos que podrían aniquilar amplias zonas costeras.
Trump no deja claro si está hablando de ensayos con cabezas nucleares, algo que podría desestabilizar los esfuerzos de décadas contra la proliferación armamentística, o si se trataría únicamente de los sistemas de lanzamiento y de los misiles que sirven para transportarlas pero sin carga nuclear a bordo. A la confusión se suma que Trump alude al Pentágono como el organismo que ha recibido la orden, aunque es el Departamento de Energía el responsable de desarrollar pruebas nucleares.
“Estados Unidos tiene más armas nucleares que ningún otro país”, subraya el presidente estadounidense en su mensaje, en el que apunta que Rusia es el segundo país y China, el tercero, “muy distante, aunque lo igualará en los próximos cinco años”.
Según los datos oficiales del Departamento de Energía, Estados Unidos contaba en 2023 con 3.748 cabezas nucleares. Rusia tenía 4.309 a comienzos de 2025, según datos publicados en la ONG científica Boletín de Científicos Atómicos. China ha doblado sus ojivas, de las 300 con las que contaba en el año 2020 a 600 en 2025, y el Departamento de Defensa calcula que para 2030 habrá superado el millar.
El anuncio de Trump llegó momentos antes de su aterrizaje en Corea del Sur, donde se reúne este jueves con el presidente chino, Xi Jinping. Preguntado por los periodistas sobre la orden que acababa de comunicar, el mandatario estadounidense no quiso contestar.
Tensión con Rusia
Las pruebas de lanzamiento, desde un submarino, del supertorpedo ruso Poseidón —un proyectil de unos 24 metros de longitud con capacidad para portar una cabeza nuclear y operar en parte como un dron submarino— se han producido en un contexto en el que la relación entre Trump y Putin parece deteriorarse, después de que el estadounidense anunciara la cancelación de una cumbre bilateral en Budapest por la resistencia del ruso a sentarse a negociar sobre la paz en Ucrania.
La existencia del Poseidón fue anunciada por Putin ya en marzo de 2018. El pasado 21 de octubre Rusia también llevó a cabo pruebas del nuevo misil de crucero Burevestnik, pero hasta el momento se ha abstenido de realizar detonaciones nucleares.
Estados Unidos llevó a cabo su última prueba de un arma nuclear el 23 de septiembre de 1992, al final de la Guerra Fría, en su Centro de Seguridad Nacional en Nevada. Desde entonces, observa una moratoria voluntaria de explosiones en el subsuelo.
Una prueba de este tipo tiene como objeto, al menos teóricamente, comprobar el buen funcionamiento de un prototipo o que armas más antiguas que llevan tiempo almacenadas aún mantienen su eficacia. Pero también puede representar una manera de mostrar músculo militar ante países rivales.
La moratoria vigente desde hace tres décadas ha sido uno de los pilares de la no proliferación nuclear, pero la orden de Trump podría hacer saltar por los aires esos esfuerzos.
Los defensores del control de armas nucleares comenzaron a criticar de inmediato el anuncio de Trump. En un mensaje en la red social X, Daryl Kimball, director ejecutivo de la Asociación para el Control de Armamento en Washington, afirmó: “Trump está desinformado. Estados Unidos no tiene motivos políticos, técnicos o militares para retomar las pruebas nucleares exclusivas por primera vez desde 1992”.
También en X, el senador demócrata Ed Markey opinaba: “Estados Unidos no ha desarrollado una prueba nuclear desde 1992 y no debe retomarlas. Esta es una decisión temeraria que nos dejará menos a salvo y conducirá a una nueva carrera de armas nucleares”.
