La fascinación de Tim Weiner (Nueva York, 69 años) por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) empezó cuando apenas tenía 13 años, al sorprender a un hombre que apuntaba la matrícula del coche de su padre, un reconocido psiquiatra y profesor universitario, después de que ambos asistieran a una protesta masiva en Washington contra la guerra de Vietnam. La familia enfrentó tres años de agresivas auditorías fiscales después del incidente.
De joven, Weiner imaginaba que los espías eran héroes encubiertos que bebían martinis en capitales lejanas y acababan con gobiernos enteros, antes de escapar en una lancha rápida en medio de la noche. Pero lo que se encontró en la vida real era muy diferente a lo que salía en las películas. El reportero de The New York Times publicó en 2006 Legado de cenizas, un libro de referencia sobre lo que pasaba tras bambalinas en los servicios de inteligencia estadounidenses durante el siglo XX. Ahora presenta La Misión (Debate, 2025), un recuento minucioso sobre el pasado reciente de la agencia y el delicado presente que vive tras el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. “Trump es el mayor peligro para la seguridad nacional de Estados Unidos”, afirma el ganador del Pulitzer en una entrevista en Madrid este lunes sobre su último libro y la actualidad política de su país.
Tras dos meses de maniobras militares en el Caribe, salió a la luz el miércoles pasado que el republicano había autorizado acciones encubiertas de la CIA en Venezuela. El anuncio, justificado por Washington como un paso decisivo en la llamada guerra contra las drogas y para elevar la presión sobre el régimen de Nicolás Maduro, agitó el fantasma de décadas de intervencionismo estadounidense en Latinoamérica.
“Con raras excepciones, la agencia normalmente hace lo que le dice el presidente y lo que ahora el presidente ha ordenado públicamente a la CIA es que derroque a Maduro”, señala Weiner. “Sin embargo, el historial de los golpes de la CIA en el mundo, en particular en el hemisferio occidental, no es muy positivo, desde Guatemala y Bahía de Cochinos hasta la invasión de Panamá”, afirma el escritor, “la lista es larga y esos ‘éxitos’ en el largo plazo se han convertido en desastres”.
—¿Es posible una operación en Venezuela similar al golpe que hubo contra Manuel Noriega en Panamá?
—Por supuesto que es posible. Pero analicemos lo que pasó en Panamá. Sí, atraparon a Noriega, un antiguo informante de la DEA [agencia antidrogas] y la CIA. Lo sacaron de la Nunciatura Apostólica, la Embajada [de facto] del Vaticano. Estados Unidos mató a cientos de civiles. La cifra es cercana a los 1.000 muertos bajo las bombas y los misiles, pero nunca sabremos con exactitud el número real. Nadie recuerda con cariño a Noriega en Panamá, pero la invasión sigue siendo un día de luto nacional. Esa fue la hoja de ruta y esos fueron los resultados. Ya veremos. ¿Habrá un golpe en Venezuela? Quién sabe, no lo sé. ¿Están pensando en ello, están discutiendo sus planes en público? Por supuesto.
Weiner se resiste a sacar la bola de cristal, pero no augura mucho éxito a la operación anunciada la semana pasada. “La CIA no va a ser capaz de derrocar a Maduro con acciones encubiertas, aunque sí puede hacer su vida más miserable de lo que ya es”, vaticina. Una parte del escepticismo del periodista, que ha cubierto a la agencia durante cuatro décadas, se basa en la decisión de Trump de hacer público el despliegue. “El anuncio del presidente ha hecho que las chances de éxito disminuyan considerablemente”, asegura.
El resto de las dudas de Weiner se explica por el desprecio del republicano por los informes de inteligencia que ha recibido, una animadversión que ha crecido desde que la agencia investigó la interferencia de Rusia tras el triunfo de Trump en las elecciones presidenciales de 2016, comenta el autor. Las agencias estadounidenses han documentado que el grueso de las drogas que llegan al país viene principalmente del Pacífico y desde México, no del Caribe ni desde Venezuela, subraya el especialista. “Las operaciones encubiertas sin buena inteligencia son una invitación a la tragedia o una farsa o quizás ambas cosas”, zanja.
“Trump está usando el discurso de la guerra contra el terror para justificar que se hagan volar barcos por los aires y se mate a gente en el Caribe”, asegura. Weiner reconoce que no ha estado recientemente en contacto con sus fuentes, pero asegura que sus conocidos que trabajan en la agencia también son “extremadamente pesimistas sobre la posibilidad de obtener un buen resultado”.
—¿Cuál puede ser el papel de la CIA en Venezuela?
—La CIA tiene varias formas para hacer caer a un líder extranjero. Puede dar armas o dinero a la oposición. Puede utilizar propaganda política para provocar levantamientos sociales. Puede socavar la economía del país, aunque en el caso de Venezuela eso ya lo ha hecho Maduro. Pueden intentar hacer un montón de cosas y si fallan, al final mandar a los marines.
“El mensaje que Trump manda es que él es el rey, que puede hacer lo que quiera”, afirma Weiner. “Puede ordenar a la CIA que haga caer al Gobierno de Panamá porque quiere hacerse con el Canal o al presidente de Colombia por plantarse ante él tras el asesinato de ciudadanos colombianos [en un ataque a una supuesta narcolancha]”, enlista el escritor para dejar claro su punto con la hipérbole.
“La pregunta es si la CIA va a decir que no”, señala Weiner. El autor, sin embargo, recuerda que han sido pocos los casos en los que la agencia se ha negado a seguir las órdenes del presidente, como cuando Richard Nixon pidió borrar el rastro del escándalo del Watergate y el aparato de inteligencia se negó. “Su lealtad es a la Constitución, no al presidente, y quizás algunos funcionarios puedan decir que no a Trump; si eso sucede, va a tener que pasar mucho tiempo hasta que sus historias salgan a la luz”, reconoce.
“La CIA está en una lucha por su propia supervivencia”, sostiene Weiner. Apenas tres días después del inicio del segundo mandato de Trump, el Senado ratificó a John Ratcliffe, un congresista del núcleo duro de MAGA (por el lema trumpista de Make America Great Again), como nuevo jefe de la agencia. “Ahí empezó una purga ideológica”, asegura el escritor, que cita interrogatorios a agentes sobre su opinión del asalto al Capitolio de 2021 o por quién votaron en las elecciones de 2024, así como despidos masivos de empleados contratados durante la Administración de Joe Biden.
“Trump ha lanzado una bola de demolición contra el sistema de seguridad nacional de EE UU”, lamenta y asegura que el momento es solo comparable con la incertidumbre que se vivió tras el 11-S. El entonces director de la CIA, George Tenet, describió en sus memorias a la agencia como una “plataforma en llamas” por las múltiples amenazas que enfrentó. Weiner recurre a la misma metáfora para explicar lo que sucede durante esta Administración. “Imagina una plataforma petrolera en una noche oscura y desolada que arde en llamas en medio del océano… eso es lo que está pasando ahora y quien ha encendido la llama es el presidente de Estados Unidos”.