
El alto el fuego que entró en vigor en Gaza el pasado 10 de octubre no ha hecho que las armas callen del todo. Al menos 386 palestinos, entre ellos, 70 niños, han muerto en ataques esporádicos israelíes en estos dos meses, según datos palestinos. El asedio israelí a la Franja lanzado en octubre de 2023 tiene otras consecuencias. El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, Unicef, ha alertado de una de ellas: la malnutrición infantil aguda. Solo en octubre, más de 9.000 niños palestinos tuvieron que ser hospitalizados por ese motivo, según las últimas cifras de la ONU. Tanto Unicef como otras agencias de la organización señalan a un responsable: Israel, que sigue impidiendo la entrada de ayuda en cantidad suficiente para paliar el daño causado por dos años de bombardeos y bloqueo de suministros vitales para la supervivencia.
En una intervención por vídeo desde Gaza, la portavoz de Unicef, Tess Ingram, advirtió este martes de que aunque la amenaza inmediata de una hambruna ha disminuido para la mayoría de los 2,1 millones de palestinos del territorio, la entrada de suministros sigue estando muy por debajo de las necesidades de una población traumatizada, que en gran parte ha quedado sin hogar y vive en refugios precarios mientras arrecia el tiempo invernal.
La Franja espera además en las próximas horas una tormenta bautizada como Byron que amenaza con inundaciones y fuertes vientos, que podrían dejar a cientos de miles de palestinos incluso sin esos chamizos endebles en los que ahora se cobijan. En la madrugada de este miércoles, fuertes vientos habían comenzado a azotar las precarias tiendas de campaña instaladas por doquier en el territorio palestino.
La portavoz de la agencia de la ONU para la infancia incidió especialmente en el dato de 9.300 niños que recibieron tratamiento por malnutrición aguda grave en un solo mes, octubre. Ingram señaló que, no obstante, esa cifra “escandalosamente alta” es menor que la de 14.000 niños tratados por esa dolencia en agosto. Sin embargo, remarcó, los datos actuales siguen siendo muy superiores a los registrados durante el anterior al alto el fuego, los pasados febrero y marzo, antes de que Israel decretara un bloqueo total a la entrada de suministros, que solo alivió con el inicio de la tregua de la que este miércoles se cumplen dos meses.
“En los hospitales de Gaza he conocido a varios recién nacidos que pesaban menos de un kilogramo, con sus tórax diminutos subiendo y bajando por el esfuerzo de mantenerse con vida”, afirmó la portavoz antes de ofrecer otro dato. En octubre, alrededor de 8.300 mujeres embarazadas y lactantes fueron hospitalizados por malnutrición aguda. Ese “patrón” indica que, en los próximos meses, muchos más niños con bajo peso nacerán en el territorio palestino invadido donde los ataques israelíes han matado a más de 70.000 personas.
En lo que va de diciembre, una media de solo 140 camiones con ayuda han entrado al día, en convoyes organizados por la ONU y la Organización Internacional para las Migraciones. Esa cifra está muy por debajo del compromiso de 600 camiones diarios establecido como parte del alto el fuego. Si la cantidad de suministros queda muy lejos de las enormes necesidades causadas por dos años de guerra, tampoco el tipo de ayuda que autoriza Israel es siempre el que más se necesita.
Las autoridades israelíes prohíben una larga lista de suministros, bien porque asegura que podrían tener “doble uso”; es decir, se podrían utilizar para fines militares, o porque los etiqueta como “de lujo”.
A finales de septiembre, antes del alto el fuego, el subsecretario general de la ONU para Asuntos Humanitarios, Tom Fletcher, denunció en una entrevista con la cadena CNN que Israel había prohibido la entrada en la Franja de los alimentos terapéuticos de alto valor calórico y proteico con los que se trata la malnutrición aguda infantil. Un mes antes, Naciones Unidas había declarado oficialmente la situación de hambruna en el norte de Gaza.
Esos suplementos, como el llamado Pumply nut, consisten en una pasta a base de mantequilla de cacahuete, leche, aceite, azúcar, vitaminas y minerales. Cuando se llega a un estadio de malnutrición aguda, sobre todo en los niños menores de cinco años, no basta con empezar a comer alimentos normales de nuevo; esos suplementos son imprescindibles para revertir la dolencia. Israel vetó la entrada de esa pasta enriquecida alegando que la mantequilla de cacahuete es un alimento “de lujo”.
De acuerdo con datos de este miércoles de la Oficina de Medios del Gobierno de Hamás en Gaza, solo 13.511 camiones de ayuda de los 36.000 establecidos en el acuerdo de alto el fuego han sido autorizados a penetrar en el territorio palestino, lo que supone “una tasa de cumplimiento del 38%”.
Las entregas de combustible, siempre según esa fuente, “se limitaron a 315 camiones” de los 3.000 acordados, un 10% de lo pactado.
La tormenta Byron
En su último informe de situación del pasado lunes, la coordinación humanitaria de Naciones Unidas (OCHA en sus siglas en inglés), denuncia otro de los incumplimientos de lo acordado en el alto el fuego: la entrada de materiales de refugio.
“Las Naciones Unidas y las ONG internacionales asociadas solo han podido llevar [a Gaza] 14.600 tiendas de campaña para 85 000 personas, cifra que aumenta a 48.600 tiendas si se tienen en cuenta también las donaciones bilaterales, mientras que 1,3 millones de personas siguen necesitando ayuda urgente para refugiarse durante el invierno”, recalca el documento, que señala cómo “la mayoría de las ONG internacionales siguen sin poder llevar ayuda humanitaria a la Franja y se han rechazado casi 4000 palés de materiales para [construir] refugios”.
El informe recuerda que, en las próximas horas, está prevista la llegada a la región de la tormenta Byron “con lluvias torrenciales que podrían provocar inundaciones generalizadas”, algo que ya ha sucedido antes este otoño en Gaza. Cerca de 850.000 personas; es decir, casi la mitad de los habitantes del territorio, se encuentran refugiadas en 761 centros de acogida “que son especialmente vulnerables a las inundaciones”, añade OCHA.
El Servicio Meteorológico de Israel ha advertido de que hasta 200 milímetros de lluvia caerán en la región entre este miércoles y el jueves, y que la mitad de esa cantidad se concentrará en tan solo unas horas, según el diario Haaretz. Los vientos podrían alcanzar los 80 kilómetros por hora.
Estas previsiones incluyen el territorio de la pequeña franja de Gaza, donde el riesgo es mucho mayor a causa del desplazamiento masivo de población y los sistemas de drenaje y de saneamiento de aguas residuales destruidos, lo que incrementa el riesgo de epidemias. Algunas de las cientos de miles de personas que se refugian en tiendas de campaña, han tenido que plantar estas incluso en la arena de la playa, a falta de un lugar mejor.
La Oficina de Medios del Gobierno de Hamás de Gaza ha emitido este miércoles una advertencia urgente de que la tormenta Byron azotará Gaza en las próximas 72 horas, “lo que supone una amenaza para más de 1,5 millones de personas desplazadas que viven en tiendas de campaña desgastadas y castigadas por el clima”. Mientras tanto, prosigue el comunicado, Israel “sigue bloqueando la entrada de materiales de construcción, tiendas de campaña, caravanas y cualquier tipo de maquinaria pesada que pueda ayudar a dar cobijo a las familias”.
