
El choque entre Bruselas y Bratislava ha llegado. La Comisión Europea ha abierto un expediente a Eslovaquia por la reforma constitucional impulsada por el Gobierno de Robert Fico en la que prioriza el derecho nacional sobre el de la Unión. “Esto contraviene el principio de primacía del Derecho de la UE, que es un elemento fundamental del ordenamiento jurídico de la UE”, ha expuesto el Ejecutivo comunitario en un comunicado emitido este jueves.
El pasado 26 de septiembre, el parlamento eslovaco aprobó una enmienda constitucional en la que daba prevalencia al derecho eslovaco para promocionar la “identidad nacional”, especialmente en asuntos relacionados con la familia y el género. “La República Eslovaca mantiene la soberanía en todos los asuntos de identidad nacional”, se leía en la enmienda aprobada.
Desde que el populista prorruso Robert Fico volvió a convertirse en primer ministro hace dos años, la colisión entre Bruselas y Bratislava por elementos cruciales de la UE sobrevolaba estas relaciones. En el informe sobre el Estado de derecho en los países de la UE del año pasado, por ejemplo, la Comisión reprochó al Gobierno eslovaco su falta de medidas contra la corrupción. La proximidad de Fico a Rusia también sobrevuela constantemente, si bien de una forma mucho más discreta que la ostentosa exhibición del primer ministro húngaro, Viktor Orbán. También hubo momentos de tensión a cuenta de su intervención en la radio televisión pública. No obstante, ha sido ahora cuando le han abierto un expediente por un asunto que choca con los principios de la Unión.
La iniciativa supone un choque claro con los tratados de la UE y sentencias del Tribunal de Justicia de la UE, que fallan sistemáticamente que las normas comunitarias prevalecen sobre las nacionales. Por este motivo, la Comisión ha dado este viernes el primer paso en la apertura de todo expediente: el envío de una carta al Gobierno del país expedientado dándole un plazo de dos meses para rectificar o responder justificando la situación. La siguiente fase, si no se arregla en la primera etapa, consiste en el envío de un dictamen motivado que también debe obtener respuesta en dos meses. Si pasado todo este recorrido, la situación no se subsana, el Ejecutivo de la UE puede enviar el caso a los tribunales.
Este procedimiento se pone en marcha en múltiples ocasiones con todos los Estados de la UE. Puede hacerse por no trasponer una directiva, por hacerlo mal o incumplir algún plazo. Lo que hace particular este asunto es que choca con la base misma de la UE, la primacía del derecho europeo, un elemento central para el funcionamiento del mercado único o el cumplimiento de la Carta de Derechos Fundamentales de la UE, entre los que está la libertad sexual.
“Incluso cuando un Estado miembro modifica su Constitución, el ejercicio de la competencia nacional no puede eludir la necesidad de cumplir los principios fundamentales del Derecho de la Unión. La Comisión expresó sus preocupaciones a las autoridades eslovacas antes de la adopción de las modificaciones. Sin embargo, estas se adoptaron sin tener en cuenta las preocupaciones de la Comisión”, ha explicado el Ejecutivo comunitario en su comunicado.
Fico, junto con Orbán, encabezaba hasta hace unas semanas el frente de países gobernados por populistas prorrusos en la UE. No obstante, el eslovaco siempre ha dejado el protagonismo a Hungría en ese frente. De hecho, es Budapest el país que más problemas pone a la aprobación de las sanciones a Rusia por su invasión de Ucrania. A ese frente se ha unido ahora el nuevo primer ministro checo, Andrej Babis, que también ocupó ese puesto en el pasado. Tanto Fico como Babis tuvieron problemas con Bruselas en periodos anteriores al frente del gobierno por asuntos derivados directamente de su euroescepticismo.
