
La justicia de Bélgica ha imputado al ex comisario europeo de Justicia Didier Reynders por presunto lavado de dinero, según han informado varios medios nacionales. El veterano político belga, que entre otros cargos también fue ministro de Exteriores de su país, lleva casi un año investigado —desde que dejó su cartera en la antigua Comisión Europea, a comienzos de diciembre de 2024— por supuesto blanqueo de casi un millón de euros, al menos una parte a través de billetes de lotería, durante varios años. Un dinero que no ha sido capaz de explicar ante la justicia.
El caso salió a la luz hace poco más de un año, después de que se conociera que Reynders había sido interrogado por la policía, y dos de sus viviendas, registradas. Su esposa, que ejerce como juez honoraria en un tribunal de apelación y que también ha estado investigada, no ha sido imputada por el momento, según los medios que han adelantado la noticia, entre ellos Le Soir y la plataforma de investigación Follow the Money.
La pareja es sospechosa de haber blanqueado unos 200.000 euros durante un periodo de cinco años a través de productos de la Lotería Nacional, institución de la que Reynders llegó a ser responsable político. Además, recuerda la agencia de noticias Belga, entre 2008 y 2018, Reynders supuestamente depositó unos 700.000 euros en pequeñas cantidades de efectivo en una cuenta de ING. Fue después de que el banco le preguntara por las transacciones, cuando supuestamente el excomisario europeo y su pareja comenzaron a comprar grandes cantidades de tarjetas de lotería de “rasca y gana” con dinero en efectivo.
El pasado verano, el juez a cargo de la investigación también inquirió sobre las actividades del banco ING, que supuestamente empezó a cuestionar a Reynders sobre los depósitos sospechosos que realizaba en 2018, pero que no emitió una advertencia sobre su prominente cliente ante la Unidad de Procesamiento de Inteligencia Financiera de Bélgica hasta 2023, de acuerdo con las informaciones.
Las primeras sospechas surgieron a raíz de una denuncia de la Célula de tratamiento de informaciones financieras (Ctif) y de la propia Lotería Nacional. El periodo durante el que presuntamente blanqueó dinero también incluyó, de acuerdo con las pesquisas, la parte final de su mandato como comisario europeo.
La investigación sobre el otrora influyente político, una conocida figura belga de larga trayectoria nacional e internacional, ha permanecido largo tiempo bajo el radar. El caso estalló el 3 de diciembre, horas después de que Reynders abandonara su cartera europea —tomó el relevo el irlandés Michael McGrath— y, con ella, perdiera su inmunidad. Rápidamente, la policía lo convocó para interrogarlo. Aunque el político belga negó inicialmente las acusaciones en su contra, desde entonces ha permanecido prácticamente todo el tiempo en silencio. Tampoco ahora se ha pronunciado ―ni él ni sus abogados―, destaca la prensa belga.
Como comisario europeo de Justicia, el político liberal estuvo encargado de cuestiones clave en materia de Estado de derecho, incluidos asuntos políticamente espinosos de España. En noviembre de 2023, provocó un fuerte malestar en Madrid al pedir, en una insólita carta, explicaciones al Gobierno español sobre la ley de amnistía cuando ni siquiera había aún un borrador de la propuesta. Reynders también empezó a ejercer de árbitro entre el PSOE y el PP para destrabar el bloqueo de la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), a petición de los conservadores españoles.
En Bélgica, a Reynders (Lieja, 67 años) se lo conoce popularmente como Teflón Didier por su capacidad, al menos hasta ahora, de librarse de las sospechas de corrupción que lo han acechado durante varias ocasiones a lo largo de su extensa carrera: en 1992 fue elegido por primera vez diputado y entre 1999 y 2019 encadenó varias carteras de ministro en hasta seis gobiernos distintos, antes de saltar a la Comisión Europea. En 2024, cuando comenzaba el último año de un mandato que no tenía visos de repetir, intentó continuar su carrera internacional presentándose al puesto de secretario general del Consejo de Europa, con sede en Estrasburgo, cargo para el que finalmente fue elegido el suizo Alain Berset.
