Egipto empezó a despachar hacia Gaza un nuevo convoy con decenas de camiones cargados de ayuda humanitaria con las primeras luces del jueves, poco después de anunciarse el acuerdo de alto el fuego en Gaza entre Hamás e Israel. Se trató del más reciente envío realizado por el país desde que, en julio, puso en marcha, con el apoyo de la Media Luna Roja, una iniciativa destinada a hacer llegar miles de toneladas de suministros básicos y combustible a la franja de Gaza.
Con el nuevo acuerdo de tregua, El Cairo redobla sus esfuerzos para incrementar el flujo de ayuda, restringido por las autoridades israelíes desde el inicio de su ofensiva militar a un goteo exiguo, irregular y arbitrario, según agencias humanitarias. La mañana del jueves, mientras se pulían algunos de los últimos detalles del pacto, medios egipcios informaron de que el equipo mediador del país seguía presionando para que Israel autorice la entrada a la Franja de excavadoras para retirar escombros y pavimentar carreteras con el fin de facilitar el envío de más suministros. El gobernador de Sinaí del Norte, región fronteriza con Gaza, Jaled Megahed, afirmó que están trabajando para aumentar la ayuda. Y el canal oficialista Al Qahera News señaló que el acuerdo prevé la entrada de 400 camiones de ayuda al día.
El plan para Gaza presentado la semana pasada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y que sirvió de base para las negociaciones entre Hamás e Israel en Sharm el Sheij, establece que la cantidad de ayuda que Israel dejará entrar en la Franja equivaldrá a los volúmenes autorizados durante el alto el fuego de dos meses a comienzos de este año. Entonces, el flujo diario inicial fue de unos 500 camiones, similar al de antes de la guerra. La iniciativa de Trump también contempla la rehabilitación de infraestructuras, hospitales y panaderías y, como reclama El Cairo, la entrada de equipos para retirar escombros y reabrir carreteras. Además, prevé que la distribución de la ayuda recaiga en instituciones no vinculadas ni a Israel ni a Hamás; entre ellas, agencias de la ONU y la Media Luna Roja.
Tras anunciarse el acuerdo, agencias humanitarias de la ONU aseguraron que están listas para inundar Gaza de suministros de socorro. El coordinador de ayuda de emergencia de Naciones Unidas, Tom Fletcher, declaró que sus equipos están movilizados para enviar camiones a gran escala y salvar vidas si cuentan con un acceso seguro. La directora del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Cindy McCain, subrayó que “no hay tiempo que perder” y que se debe actuar inmediatamente. El jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó que están preparados para apoyar la rehabilitación del sistema sanitario de la Franja.
El acuerdo de alto el fuego llega en medio de una catastrófica crisis humanitaria en Gaza provocada por Israel, según organizaciones humanitarias. La combinación de su campaña militar y un férreo bloqueo ha generado hambruna en algunas zonas del territorio, donde el Ministerio de Salud local ha registrado más de 450 muertes relacionadas con la malnutrición, entre ellas 151 niños, y más de 2.500 personas han fallecido mientras esperaban ayuda. Alrededor de un millón, la mitad de la población, dispone de menos de seis litros diarios de agua potable, considerado el mínimo de emergencia, según la ONU. Menos de la mitad de los hospitales del enclave están operativos y solo funcionan de forma parcial. La mayoría de familias residen hacinadas en refugios precarios.
Poco antes de violar el último alto el fuego, en marzo, Israel impuso un bloqueo total de la ayuda a Gaza que se prolongó más de dos meses. Desde mayo, permitió reanudar la entrada de suministros básicos, inicialmente a través de centros gestionados por una fundación vinculada a Estados Unidos e Israel, pero en cantidades muy limitadas. Hasta la firma del nuevo acuerdo, Israel mantuvo cerrados cuatro de los seis pasos fronterizos, incluidos los tres que daban acceso al norte de Gaza, una de las zonas más devastadas. En septiembre, las agencias humanitarias solo lograron trasladar un cuarto de la comida diaria necesaria para satisfacer las necesidades en el enclave, y desde mediados de mes no pudieron enviar comida al norte.
Egipto insiste en que reabrir el paso de Rafah, que conecta con Gaza y permanece cerrado desde que Israel ocupó el costado palestino en mayo del año pasado, permitiría aumentar el envío de ayuda, aprovechando las toneladas de suministros almacenadas en el país. Desde que el ejército israelí tomó Rafah, Egipto, que teme que Israel esté creando deliberadamente unas condiciones de vida muy difíciles para empujar a la población gazatí al Sinaí, ha tenido que redirigir la ayuda a Israel antes de entrar a Gaza. Y recientemente las autoridades israelíes han rechazado la mayoría de los camiones enviados desde Egipto o los han hecho regresar para evitar congestiones.