
Los principales rostros de la Administración de Donald Trump, que estos días dividen por turnos su presencia en territorio israelí para salvaguardar la tregua que la Casa Blanca impulsa en Gaza, han advertido este jueves que el avance israelí hacia la anexión de la Cisjordania palestina haría temblar el alto el fuego en el enclave. Marco Rubio, secretario de Estado de EE UU, ha descrito la medida a los pies del avión en Washington como una “amenaza” para el acuerdo. Desde la pista de despegue en la que ha puesto fin a dos días en Israel, el vicepresidente, J. D. Vance, ha asegurado horas después que “la política de Trump es que Cisjordania no va a ser anexionada”.
Ambas declaraciones llegan después de que la Kneset, el Parlamento israelí, aprobara el miércoles de manera preliminar la extensión de la soberanía de Israel sobre Cisjordania. El resultado no es definitivo y la anexión requeriría de otras votaciones futuras, pero el momento en el que el debate parlamentario tuvo lugar, con altos cargos de EE UU en el país, fue un intento de la oposición de obligar a la coalición a pronunciarse sobre un asunto al que Trump mostró su oposición en septiembre con un contundente “no sucederá”.
El vicepresidente estadounidense ha asegurado este jueves sentirse “ofendido” por esa “maniobra política estúpida” que el Parlamento israelí acogió durante su presencia en el país. Vance se ha unido así a la postura del Likud, la formación política de Netanyahu, que primero trató de retirar la votación mientras el estadounidense estuviera en Israel y luego criticó “la jugada irresponsable de la oposición” para “dañar las relaciones con EE UU”.
Vance ha posicionado este jueves a la Casa Blanca en las antípodas de la anexión que parte de la coalición de Gobierno de Netanyahu sueña con proyectar sobre Cisjordania, uno de los tres territorios palestinos ―junto con la Franja y Jerusalén Este como capital― que el derecho internacional defiende como futuro suelo de un hipotético Estado palestino. “Cisjordania no va a ser anexionada por Israel”, ha espetado Vance en el aeropuerto de Ben Gurión, en Tel Aviv. “La política de la Administración de Trump es y seguirá siendo que Cisjordania no será anexionada por Israel”, ha concluido.
Vance se cruzará en el aire con el secretario de Estado, quien se prevé que llegue a Israel este jueves en la última de las sucesivas visitas de altos cargos que la Casa Blanca tiene prevista de manera oficial para mantener el alto el fuego a flote. “Creemos que [la anexión israelí de Cisjordania] podría amenazar el acuerdo de paz”, ha dicho Rubio ante la prensa. “El presidente ha dejado claro que esto no es algo que tendría nuestro apoyo en este momento”.
El 26 de septiembre, Trump se refirió por primera vez al respecto de las pulsiones israelíes sobre Cisjordania y lo hizo para disgusto de algunos de los compañeros de coalición de Netanyahu. “No permitiré que Israel se anexione Cisjordania. Esto no sucederá”, dijo en el Despacho Oval. La contundente respuesta atendía a preguntas sobre si su Administración se había comprometido sobre ello con líderes del mundo árabe e islámico. El 15 de octubre, durante una entrevista con la revista Time publicada este jueves, el presidente se expresó en idénticos términos. “[Esa anexión] no sucederá porque les he dado mi palabra a los países árabes”, dice Trump en la conversación. Y añade: “Israel perdería todo el apoyo de EE UU si eso sucediera”.
Aunque a la soberanía israelí le falte el sello del Parlamento, hace décadas que la situación sobre el terreno en Cisjordania dista de nada parecido a una soberanía palestina. Sucesivos Gobiernos israelíes de centro y de derecha han ido ampliando la presencia de los colonos sobre el territorio, que según organizaciones especializadas como Peace Now está agrietado por 340 asentamientos o puntos de avanzada israelíes en poco más 5.600 kilómetros cuadrados ―menor a la Comunidad de Madrid―. Allí residen más de medio millón de colonos de manera ilegal, favorecidos por redes de carreteras, de agua o de electricidad de uso prohibido para los palestinos, quienes aseguran que la violencia y la humillación a manos de las fuerzas ocupantes son una constante.
