
El reconocido egiptólogo Jaled al Anani (Giza, 54 años) ha culminado este jueves una trayectoria que le ha llevado desde sus primeros pasos como guía turístico en su Egipto natal a la dirección general de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). En una votación en la que prácticamente obtuvo la unanimidad —172 de 174 países votaron por él, dos lo hicieron en contra y uno se abstuvo— los Estados de la Unesco lo han confirmado como nuevo director general de esa agencia de la ONU durante la 43ª reunión de la Conferencia General, celebrada en Samarcanda (Uzbekistán).
Al Anani, que sucede a la francesa Audrey Azoulay, es el primer árabe y el segundo africano —tras el senegalés Amadou Mahtar Mbow, que ocupó el cargo entre 1974 y 1987— al frente de la Unesco en sus 80 años de historia. Su elección se daba por hecha, pues hace un mes había sido propuesto para el cargo por el Consejo Ejecutivo y la Conferencia General, donde se sientan todos los Estados miembros. Pero, aun así, su nombramiento casi por unanimidad es tan llamativo como su trayectoria, pues el egiptólogo es un candidato externo a la organización.
Al Anani empezó su carrera en el mundo de la cultura desde la base. En su juventud, en los primeros años de la década de los noventa, fue guía turístico en El Cairo y su Giza natal. Al mismo tiempo, sentó las bases de una sólida carrera académica, que le ha llevado a formar a varias generaciones de estudiantes como catedrático en la Universidad pública egipcia de Helwan. También ha sido profesor visitante en Francia en múltiples ocasiones, además de doctorarse en 2001 en Egiptología por la Universidad Paul-Valéry Montpellier 3 (Francia). Como gestor cultural, destacan sus cargos como director del Museo Nacional de la Civilización Egipcia (2014-2016) y del Museo Egipcio de El Cairo (2015-2016).
Autor de más de una veintena de publicaciones especializadas y numerosas conferencias en más de 15 países, ha combinado en las últimas tres décadas la docencia, la gestión pública y la investigación científica. Su salto a la política se produjo cuando fue nombrado ministro de Antigüedades en 2016, cargo que amplió en 2019, al asumir también la cartera de Turismo.
Al frente de ese Ministerio fusionado, ha liderado proyectos de gran envergadura como el desarrollo del Museo Nacional de la Civilización Egipcia y del Gran Museo Egipcio, cuya inauguración oficial está prevista para el 1 de noviembre.
Bajo su mandato se produjeron también acontecimientos de gran repercusión mediática internacional, como el Desfile Dorado de las Momias Reales en El Cairo y la reapertura de la Avenida de las Esfinges en Luxor. Con ellos, Egipto reforzó su imagen cultural y turística ante el mundo, además de impulsar más de cincuenta obras de restauración patrimonial en todo el país. En 2024 fue designado Embajador Especial para el Turismo Cultural por ONU Turismo y Patrono del Fondo Africano para el Patrimonio Mundial.
Al Anani domina el árabe, el francés y el inglés, y ha hecho de la cooperación internacional uno de los pilares de su trayectoria. Entre sus prioridades ha destacado la inclusión, el acceso al patrimonio para niños, personas mayores y con discapacidad, y la sensibilización juvenil mediante programas educativos en museos y yacimientos.
Su candidatura a la dirección general de la Unesco fue presentada por Egipto en 2023 y contaba con el respaldo oficial de la Unión Africana y la Liga Árabe. Varios Estados, entre ellos España, le habían manifestado públicamente su apoyo.
Tras ser anunciados los resultados en Samarcanda, Al Anani ha manifestado su agradecimiento y prometido “servir a la humanidad en toda su diversidad”, más allá de “toda pertenencia regional o cultural”
“Unidos —ha dicho— por la misma aspiración de vivir con dignidad, construir un futuro mejor y hacer que prevalezca la paz. Dondequiera que fui, en aulas, laboratorios, sitios patrimoniales, pueblos, vi la misma convicción. La creencia de que la educación puede sanar, que la ciencia puede guiar, que la cultura puede conectar y que la comunicación puede unir a la humanidad”.
Por esa razón, ha continuado Al Anani, el mundo actual “necesita una Unesco fuerte y unida”. Como director de la Unesco, el egiptólogo ha manifestado que buena parte de sus prioridades estarán enfocadas en el presupuesto, en un momento de dificultades por el abandono de los Estados Unidos de la organización a partir de finales de 2026, ya que ese país aporta un 8% de la financiación total de la agencia.
Su único rival en esta carrera era el congoleño Firmin Edouard Matoko, a quien el exministro egipcio había derrotado por aplastante mayoría (55 votos a 2) en la votación que celebró mediante escrutinio secreto el Consejo Ejecutivo el 6 de octubre pasado en París. Inicialmente, también optaba al puesto la mexicana Gabriela Ramos Patiño, la subdirectora general de Ciencias Sociales y Humanas de la Unesco, que retiró su candidatura este verano.
