El Ejército estadounidense ha llevado a cabo un nuevo ataque contra una supuesta narcolancha en aguas del Caribe. La operación —que en esta ocasión no ha sido anunciada por Donald Trump, por su secretario de Defensa, Pete Hegseth, o por portavoces de la Administración republicana— la confirmó un funcionario estadounidense a la agencia Reuters.
No es la única novedad de un ritual que se ha convertido en una constante en las últimas semanas: esta vez, a diferencia de lo ocurrido en los otros cinco ataques contra embarcaciones procedentes de las costas venezolanas, uno o varios miembros de la tripulación han sobrevivido, aunque Reuters no especificó cuántos ni proporcionó sus identidades.
Desde principios de septiembre, el Gobierno de Estados Unidos ha ordenado operaciones militares extrajudiciales en aguas internacionales del Caribe contra embarcaciones a las que acusa de transportar drogas desde Venezuela con rumbo a las costas de Estados Unidos. Hasta la de este jueves, los militares habían matado sin juicio previo a, al menos, 27 civiles a los que la Administración de Trump acusa de pertenecer a bandas criminales como el Tren de Aragua, incluida por el Departamento de Estado en su lista de “organizaciones terroristas designadas”, o el Cártel de los Soles. De ninguna de esas operaciones se han ofrecido detalles sobre quiénes eran los tripulantes, ni pruebas de que transportaran drogas.
Trump considera que Estados Unidos está en “guerra” contra esas bandas, y que los sospechosos de pertenecer a ellas son “combatientes armados” a los que Washington tiene derecho a asesinar, pese a que la idea es contraria a los principios del derecho internacional. Mes y medio después del inicio de esa campaña, quedan pocas dudas de que esa supuesta guerra contra las drogas esconde el intento de presionar para un cambio de régimen en Venezuela. Durante su primera presidencia, Trump ya trató de apartar al presidente venezolano, Nicolás Maduro, del poder.
Recompensa doble
Estados Unidos considera a Maduro cabecilla de un narcoestado, y desde el pasado agosto ofrece 50 millones de dólares —el doble de lo que prometía como recompensa hasta entonces— por cualquier información que conduzca a su arresto. El chavismo robó las elecciones el año pasado a la oposición, según la mayor parte de los organismos internacionales y también según decenas de países democráticos.
María Corina Machado, líder de esa oposición, vive desde entonces en Venezuela en paradero desconocido. El viernes pasado fue galardonada con el premio Nobel de la Paz.
Este jueves, al día siguiente de que Trump confirmara que ha autorizado “acciones encubiertas” de la CIA en territorio venezolano, The Washington Post informó, a partir del estudio de imágenes tomadas de las redes sociales, de nuevos movimientos militares en el Caribe, que hacen pensar en una escalada en la estrategia agresiva de Estados Unidos con Venezuela. Como parte de unos “ejercicios militares”, la unidad de aviación de élite de Operaciones Especiales del ejército estadounidense se desplazó a menos de 90 millas de la costa venezolana en los últimos días.
La cadena televisiva ABC informó, por su parte, de que tres bombarderos B-52 despegaron de una base en Luisiana el miércoles y volaron durante horas cerca de la costa venezolana, en lo que cabe interpretar como una demostración de fuerza de la Administración de Trump. Los B-52 son aeronaves de largo alcance que se han empleado en escenarios de guerra en lugares como Irak o Siria.
La escalada bélica de Trump en el Caribe ha recibido las críticas de senadores de ambos partidos en el Capitolio de Washington. La Cámara alta votó la semana pasada sin éxito para acortar el plazo de 60 días que el presidente de Estados Unidos se dio a sí mismo para llevar a cabo esos ataques sin pasar por el Congreso, en virtud de la Ley de Poderes de Guerra de 1973.
Sobre las razones de su autorización de las acciones encubiertas de la CIA, Trump apuntó dos el miércoles durante un acto en el Despacho Oval. “Venezuela ha vaciado sus cárceles en Estados Unidos”. Y: “muchas drogas llegan desde ese país; por mar y por tierra… también vamos a detenerlas por tierra”. El presidente estadounidense ya había apuntado desde hacía semanas que su estrategia de ataques contra las narcolanchas se adentraba en una “segunda fase” que incluiría acciones en tierra.
Las imágenes estudiadas por el Post muestran helicópteros de ataque MH-6 Little Bird y MH-60 Black Hawk sobre aguas abiertas cerca de plataformas petroleras y de gas. El análisis indicó que los helicópteros volaban frente a la costa nordeste de Trinidad, acercándose a 90 millas de varios puntos del litoral venezolano. Mark Cancian, experto militar citado por el diario de Washington, considera que la participación de los Little Birds, una pequeña aeronave de ataque diseñada para transportar soldados y brindar apoyo de proximidad, sugiere preparativos para posibles misiones terrestres.